3 de mayo de 2017

El buen amor en la pareja. Entrevista a Joan Garriga


El buen amor es autodependiente. El amor tóxico es dependiente del otro. Abrirle la puerta al amor es asentir tanto nuestras luces como nuestras sombras. Es amarse a uno mismo, y ser feliz en soledad, para compartir con el otro la plenitud de nuestra propio amor. Solo asi, la felicidad es nuestra...


Duración: 14:22 minutos
Publicado en YouTube.com, Canal Karina Pereira. 27 de agosto de 2014
URL: https://www.youtube.com/watch?v=DN6xQVwzM2c  

La vinculación


La vinculación

 
Frecuentemente, las constelaciones ofrecen una imagen fascinante en cuanto se configuran las relaciones con parejas anteriores, especialmente con un primer amor. Aunque haga veinte o treinta años de eso, los representantes se miran radiantes, mostrando claramente la fuerte atracción que sienten. Es un vínculo sorprendente que aquí aparece y que la persona que configura la constelación no conocía conscientemente en toda su profundidad. Tampoco hay ninguna diferencia si la relación, hacia fuera, estaba legalizada o no. Por tanto, en las constelaciones es correcto hablar de "tu marido" o de "tu mujer" siempre que se trate de un vínculo serio.

¿Cómo puede darse esta vinculación? La sexualidad unida al amor vincula. En cuanto dos personas hacen el amor - con amor -, se crea un vínculo, independientemente de si lo quieren o no, de si tenga sentido, corresponda, sea socialmente aceptable, o no.

Este vínculo tiende a una unión duradera, es decir al matrimonio. Si uno quiere el matrimonio, pero el otro se niega, esta negación se vive como una herida que puede llevar al fracaso de la relación. En el trabajo con constelaciones, al hablar de una relación de muchos años, la pregunta de Hellinger es: ¿Por qué no os casásteis? (Al mismo tiempo suena en mis oídos la frase de Osho: "El matrimonio es la muerte del amor."- ¿Pero quizás, una vez muerto el amor, no tenga ninguna importancia saber si fue por el matrimonio o por no estar casados?)

Tampoco este vínculo es indisoluble. Así, por ejemplo, una mujer, cuyo marido está paralítico desde que tuvo un accidente, acude a la terapia familiar. Hellinger le dice que cada uno tiene que llevar sólo una suerte así, sin poder esperar que su pareja siga atada toda su vida.

El vínculo es más fuerte en la primera relación, es decir que con cada separación y cada nueva relación decrece. El que muchas veces se separa, poco a poco pierde la fuerte vinculación original con una pareja. Sin embargo, hay que distinguir claramente entre vínculo y amor.

"La segunda relación ya no tiene la misma profundidad que la primera. No puede tenerla, ni tiene por qué tenerla. Sin embargo, no quiere decir que será menos feliz o que habrá menos amor. Incluso puede ser que el amor en la segunda relación sea más grande y más profundo. Sólo una vinculación en el sentido original, como en una primera relación, se les niega."

Hellinger subraya que no existe la pareja única y verdadera; todo lo contrario: el que convierte a su pareja en la única ("Si te fueras, no lo resistiría"), exige demasiado de la relación. Esta dependencia corresponde a la relación de un hijo con sus padres, pero no entre adultos. En cambio, hay que decir: "El mejor hombre y la mejor mujer raras veces se encuentran. Por regla general, el hombre bueno y la mujer buena son suficientes."



Extracto del artículo ORDEN Y AMOR: La terapia sistémica según Bert Hellinger en relaciones de pareja publicado en ulsamer.com el 1 de mayo de 2017

Lorenzo Quinn
Imagen: DURING LOVE de Lorenzo Quinn. Escultura en bronce blanco y acero inoxidable.

2 de mayo de 2017

Dar y tomar

Dar y tomar



A la larga, una relación únicamente puede ir bien si en ella existe un equilibrio entre dar y tomar. Siempre que sólo es una parte la que da, se crean un desequilibrio y una tensión que nos apremian a buscar la compensación. En cuanto el otro devuelve algo, la tensión puede cesar. Si éste último da un poco más de lo que recibió, se mantiene una tensión buena en la relación.

"La felicidad en una relación depende de la medida en que se toma y se da. Un movimiento reducido sólo trae ganacias reducidas. Cuanto más extenso sea el intercambio, tanto más profunda será la felicidad. Sin embargo, existe una gran desventaja: la vinculación resulta aún más fuerte. El que quiera la libertad, tan sólo puede dar y tomar muy poco y tan sólo puede permitir un intercambio muy reducido entre ambas partes." (También las demás citas de Hellinger se ponen en cursivas.)

Aquellas relaciones en las que únicamente uno da, mientras que el otro tan sólo toma, corren el peligro de fracasar. En algún momento, uno de los dos ya no soporta el desequilibrio - ¡y puede ser muy bien aquél que recibió demasiado! - y se va.
Lo que vale para la compensación del bien, también es válido para la compensación del mal. En cuanto uno comete una injusticia con el otro, hiriéndolo, se desarrolla la misma necesidad de compensación. El autor debería ofrecer un sacrificio o algún tipo de satisfacción que aproximadamente corresponda a lo que hizo; así favorece la relación. También es correcto exigir la compensación. Para la compensación del mal resulta especialmente provechoso exigir algo menos que el otro hizo.

El que se considera demasiado noble para exigir la compensación, por ejemplo perdonando generosamente, daña la relación, ya que no resuelve la necesidad de compensación de una manera humanamente comprensible. Todo lo contrario, aún agrava el desequilibrio, ya que, por una parte, él es la víctima, por otra parte, se pone por encima del otro, perdonándole. Esta es una de las razones por las que Hellinger dice: Muchas veces, el que parece ser el bueno, en realidad es el malo.



Extracto del artículo ORDEN Y AMOR: La terapia sistémica según Bert Hellinger en relaciones de pareja publicado en ulsamer.com el 1 de mayo de 2017

Lorenzo Quinn
Imagen: DAR Y TOMAR III de Lorenzo Quinn. Escultura en aluminio. Obra pública, Castelldefels, Barcelona

La Evolución del Genero Masculino

La Evolución del Genero Masculino
por Javier Ruíz


El mundo está cambiando y cada vez nos dirige más la energía femenina (de amor y cooperación) en vez de la energía masculina (de fuerza, poder y protección).  Pero entonces: ¿Qué va a pasar con los hombres? ¿Quedaremos excluidos?  Siempre he tenido esa preocupación.

Recientemente estaba en un retiro en el que nos leyeron una entrevista que se le hizo a un monje budista.  Al fin entendí la evolución del género masculino, y cómo nos hemos ido trasformando.   Se dijo lo siguiente:  

Originalmente el hombre era violento, machista, controlador, abusador, etc.  No permitía que la mujer trabajara para tenerla esclavizada a través del sustento.  Tenía tanto miedo que mantenía cerrado su corazón y usaba la intimidación para tapar su debilidad.  No era genuino.  A este le podemos llamar el “Primer Hombre”.  

A finales del siglo pasado, al surgir la liberación femenina, el rol del hombre cambió drásticamente.  Ya le quitaron su máscara de superioridad y está pagando por todo el daño que hizo en el pasado.  No se atreve a demostrar su fuerza vital por miedo a las represalias, y por el daño que pueda ocasionar.  Es completamente sumiso y siente que no tiene espacio para ser genuino.  Mantiene su corazón cerrado y no comparte lo que tiene que ofrecer.  Este es el “Segundo Hombre”.   

El “Tercer Hombre” es mucho más balanceado.  Ya no tiene interés en controlar como hacía el primer hombre, ni someterse como el Segundo Hombre.  Busca conectar desde la igualdad, desde el respeto, desde el amor.  Ya no es necesario competir ni compararse con las mujeres.  No se exige ser perfecto, pero sí busca aprender de sus errores para poder superarlos.  Toma responsabilidad de sus acciones.  Busca siempre el bien… es genuino.  

Ahora podemos conectar desde el corazón, amar abierta y genuinamente sin permitir que los miedos nos dirijan.  Podemos apoyarnos y crecer juntos sin necesidad de competir ni dominar, in hundir, ni tenerle miedo al otro género. Vemos los conflictos desde el corazón (compasivamente) y no desde la cabeza (con prejuicios).  Somos conscientes de que todos somos uno.  Todos estamos aprendiendo.  Todos estamos buscando el balance… buscando el amor… creciendo…  

¿Qué tipo de hombre eres?  ¿Qué tipo de hombre quieres ser? ¿Has alcanzado el “balance adecuado”?  Te voy a decir algo… si quieres llegar a ser ese “Tercer Hombre”… ¡YA LO ERES! Javier Ruiz dirije el Centro de Salud y Bienestar. Para mas información: (787) 525-6905 o www.SanacionPR.com




Publicado en ConstelacionesPR.com
Foto "Couple" de Tom Godber publicado en Flickr.com