La vinculación
  
Frecuentemente, las constelaciones ofrecen una imagen fascinante en  cuanto se configuran las relaciones con parejas anteriores,  especialmente con un primer amor. Aunque haga veinte o treinta años de  eso, los representantes se miran radiantes, mostrando claramente la  fuerte atracción que sienten. Es un vínculo sorprendente que aquí  aparece y que la persona que configura la constelación no conocía  conscientemente en toda su profundidad. Tampoco hay ninguna diferencia  si la relación, hacia fuera, estaba legalizada o no. Por tanto, en las  constelaciones es correcto hablar de 
"tu marido" o de 
"tu mujer" siempre que se trate de un vínculo serio.
¿Cómo puede darse esta vinculación? La sexualidad unida al amor  vincula. En cuanto dos personas hacen el amor - con amor -, se crea un  vínculo, independientemente de si lo quieren o no, de si tenga sentido,  corresponda, sea socialmente aceptable, o no.
Este vínculo tiende a una unión duradera, es decir al matrimonio. Si  uno quiere el matrimonio, pero el otro se niega, esta negación se vive  como una herida que puede llevar al fracaso de la relación. En el  trabajo con constelaciones, al hablar de una relación de muchos años, la  pregunta de Hellinger es: 
¿Por qué no os casásteis? (Al mismo  tiempo suena en mis oídos la frase de Osho: "El matrimonio es la muerte  del amor."- ¿Pero quizás, una vez muerto el amor, no tenga ninguna  importancia saber si fue por el matrimonio o por no estar casados?)
Tampoco este vínculo es indisoluble. Así, por ejemplo, una mujer,  cuyo marido está paralítico desde que tuvo un accidente, acude a la  terapia familiar. Hellinger le dice que cada uno tiene que llevar sólo  una suerte así, sin poder esperar que su pareja siga atada toda su vida.
El vínculo es más fuerte en la primera relación, es decir que con  cada separación y cada nueva relación decrece. El que muchas veces se  separa, poco a poco pierde la fuerte vinculación original con una  pareja. Sin embargo, hay que distinguir claramente entre vínculo y amor. 
"La segunda relación ya no tiene la misma profundidad que la  primera. No puede tenerla, ni tiene por qué tenerla. Sin embargo, no  quiere decir que será menos feliz o que habrá menos amor. Incluso puede  ser que el amor en la segunda relación sea más grande y más profundo.  Sólo una vinculación en el sentido original, como en una primera  relación, se les niega." 
Hellinger subraya que no existe la pareja única y verdadera; todo lo  contrario: el que convierte a su pareja en la única ("Si te fueras, no  lo resistiría"), exige demasiado de la relación. Esta dependencia  corresponde a la relación de un hijo con sus padres, pero no entre  adultos. En cambio, hay que decir: "El mejor hombre y la mejor mujer  raras veces se encuentran. Por regla general, el hombre bueno y la mujer  buena son suficientes."
Extracto del artículo 
ORDEN Y AMOR: La terapia sistémica según Bert Hellinger en relaciones de pareja publicado en 
ulsamer.com el 1 de mayo de 2017 
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| Lorenzo Quinn | 
Imagen: DURING LOVE de 
Lorenzo Quinn. Escultura en bronce blanco y acero inoxidable.