17 de junio de 2015

La intervención familia-escuela

La intervención familia-escuela
por Silvia Baeza (*)

El presente artículo explora la interdependencia y las semejanzas entre los sistemas familia y escuela, destacando lo fecundo de un abordaje sistémico en la interfase de ambos sistemas donde se inserta el niño/joven.


Jerarquiza el rol del consultor psicopedagógico y proporciona casuística personal para ilustrar los fundamentos teóricos.





Familia y escuela son los dos subsistemas más relevantes de la vida durante los muchos años de infancia y adolescencia. Cada niño/joven es un miembro de su familia inmediata que tiene una configuración única en su estructura y sus relaciones, y que a la vez, está anclada en su propia historia cultural social. Simultáneamente ese mismo niño/ joven es miembro de una clase escolar que también tiene su propia y única estructura anclada en una matriz de complejas estructuras más amplias. Ambos sistemas configuran una de las partes más importantes de lo que se denomina el mesosistema ( Bronfenbrenner, 19791) con sus propias características también peculiares. Es valioso iluminar esta interfase para poder intervenir lo más exitosamente posible cuando sea necesario ya que es justamente esta intersección la arena privilegiada de desempeño psicopedagógico. 

Sea el psicopedagogo un agente dentro de la institución escolar, sea un profesional privado o bien agente de otra alguna estructura, EOE ( Equipos de Orientación Escolar) representante de algún Centro de Salud u Hospital, Minoridad, etc. siempre el contexto de trabajo implica ambos subsistemas: familia y escuela, especialmente en estos momentos en que la necesidad de un cambio de paradigma se impone en las escuelas y las prácticas docentes, ante situaciones diversas como son la integración de niños con dificultades especiales, diversidad étnica, o situaciones de violencia, tanto escolar- social y familiar creando franjas de niños y adolescentes en riesgo. 

Mucha investigación especialmente en los Estados Unidos (Aponte,19762, Bronfenbrenner 1979, Lusterman,3 1985,Fish& Dane, 19984) destacan lo efectivo de crear y sostener puentes entre familia y escuela desde una actitud colaborativa. 

La orientación de las intervenciones, sea psicológica y/o psicopedagógica, está cambiado a lo largo de estos últimos años desde una perspectiva psicodinámica hacia una perspectiva más sistémica y ecológica. Aunque con modelos diferentes, poniendo énfasis en considerar como centro al niño/ joven, cada vez es mayor el reconocimiento de la interrelación y reciprocidad del impacto de ambos sistemas sobre el niño/joven y de la efectividad de intervenciones en esa interfase. 

Es el psicopedagogo, quien usualmente ocupa ese rol de "conector" facilitador involucrando profesionales y familiares ( y eventualmente parte de la comunidad), para mantener la comunicación fluida y abierta, y, a medida que se realizan intervenciones, evaluarlas, modificarlas, coordinar esfuerzos y descubrir nuevos o poco usados recursos. 

Es interesante destacar que en la literatura al respecto se reserva, cada vez más, la palabra terapia sólo para situaciones clínicas, toda otra intervención no clínica se denomina "consulta". La idea implica que se hace terapia con una familia, pero se realiza una consulta con ( o desde) una escuela, a pesar de que se utilizan muchos y semejantes principios básicos de intervención. ( Fisher,1986).5 Fine,M & Gardner,A (1994)6

Al incluir ambos subsistemas, es de central importancia conocer desde el principio la manera en la cual "el problema" a considerar es definido por uno y otro, ya que esta concepción puede ser un preludio de una exitosa o, a la inversa, poco efectiva colaboración, las experiencias anteriores puede actuar negativamente minando los esfuerzos actuales. Los esfuerzos puestos por el profesional a cargo en este sentido nunca son pocos, ya que suele ocurrir que uno y otro sistema definan "la realidad" de maneras diferentes, contradictorias y hasta opuestas.  

Al aunar criterios, redefinir problemas, modificar etiquetas, centrarse en aspectos comunes, son muchos los modelos por los cuales se puede optar. Sea entrevistas conjuntas entre padres, maestros, niño/ joven, incluir otro personal docente, ( Baeza,19957, 19978 ), o a través de contactos telefónicos o vía mail ( informes- memos), o reuniones con grupos más pequeños ( pares del niño, hermanos, otros amigos, familia extensa- abuelos)

La idea subyacente gira en torno a considerar todo el ecosistema y trabajar en dirección de lograr una actitud cooperativa- colaborativa entre los involucrados.
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La autora: La Dra. Baeza es profesora titular de Psicología de la Familia y Clínica Psicopedagógica y Coordinadora Pedagógica de la Maestría en Familia en la Facultad de Psicología y Psicopedagogía de la USAL. Asesora Académica para Alumnos de programas de Intercambio Internacional de la Universidad del Salvador.

Artículo publicado en Perpectivas Sistémicas, La Nueva Comunicación
URL: http://www.redsistemica.com.ar/baeza.htm