por Ivette De Jarmy Arce
Desde hace ya más de treinta años, se ha
constatado que un cierto número de reacciones, enfermedades físicas y
psíquicas así como ciertos comportamientos, pueden ser heredados de
nuestros ancestros, a través de la vida, que nos viene dada de PAPÁ Y
MAMÁ.
Cuando como hijos renegamos de nuestros
padres, los criticamos, les decimos cómo deben hacer las cosas, nos
sentimos superiores a ellos o mejores que ellos, entonces surge un
fenómeno en donde todas las cosas que vayamos haciéndo en nuestra vida,
se irán atorando, podemos enfermar, podemos llegar a tener pérdidas
económicas, no encontrar pareja, sentir depresión o cualquier enfermedad psíquica y todo esto se da, por no tener a PAPÁ y a MAMÁ en el corazón.
De nuestros padres nos viene heredado un
legado enorme de posibilidades que provienen de generaciones anteriores y
es permeado a ellos, y se transmite al hijo o hijos y a las futuras
generaciones por el sólo hecho de pertenecer a cierto grupo, en este caso, a un sistema familiar.
Los padres DAN, los hijos TOMAN. Ese es el orden correcto de la vida para que el amor pueda florecer.
TOMAR A NUESTROS PADRES EN NUESTRO
CORAZÓN, ASÍ TAL Y COMO SON, CON LO BUENO Y LO MALO, CON VIRTUDES Y
DEFECTOS, ASÍ, SIN MÁS NI MENOS, SIN AGREGARLES NADA NI QUITARLES NADA,
entonces, cuando sentimos esto en el alma, fluímos en pareja, podemos
tener hijos, gozamos de salud, tenemos prosperidad y alegría por estar,
no solamente integrando y tomando a nuestros padres en nuestro corazón,
sino también a TODOS nuestros
ancestros, quienes pasaron la vida a nuestros padres y que, gracias a
ellos, a todos ellos, al haber sido, TAL Y COMO FUERON, podemos hoy
estar aquí en esta experiencia de vida.
Siempre existe la necesidad de decir sí y
amar a nuestros padres tal como fueron, incluyéndo lo terrible y lo
doloroso, y llevarlos con dignidad en nuestros corazones al
integrar y aprender de ellos y darle la bienvenida a lo que es y a lo
que fue, nos fortalecemos y podemos edificar sobre los cimientos sólidos
de lo que es y no sobre los cimientos frágiles de lo que debería, o
podía, o pudo haber sido. Sin duda, amar lo que es, exige un intenso proceso emocional hasta llegar a aceptar lo que parece difícil o inaceptable.
En algunas ocasiones se confunde la gratitud a los padres, con amarlos realmente. Cuando amamos a nuestros padres la vida fluye favorablemente, tiene sentido.
El objetivo de este artículo, es entender
que se puede liberar a las personas y a los sistemas familiares de los
enredos que los enajenan por el hecho de no tomar a los padres en el
corazón.
Al lograr llevarlos en el corazón se permite construir nexos y nuevas redes sinápticas que
los liberen de las implicaciones que no permiten que florezcan sus
relaciones o su propia vida. En constelaciones familiares se logra
comprender la relación que existe entre la mayoría de los sufrimientos
que padece el consultante y su relación con los sentimientos de amor y
aceptación hacia los padres.
Es posible que no hemos logrado culminar
el proceso de aceptar y amar a nuestros padres tal como fueron y tal
como son, de ahí que cualquier problema hunde sus raíces en el rechazo
que sentimos hacia lo que fue. La otra cara es la aceptación de esto y entonces: “Asentimos a la felicidad”.
Publicado en la Revista digital Tips para papas. URL: http://www.tipsparapapas.net