¿Cómo honrar a los padres?
por Luz Rodríguez
El honrar a los padres o tomarlos es uno de los principios básicos de
las constelaciones familiares de Bert Hellinger. Es un vínculo que nos
marca para toda la vida y si bien es cierto no podemos regresar en el
tiempo para percibir las experiencias que vivimos con ellos de otra
manera, si se puede a partir de hoy asumir la vida como adulto y desatar el nudo que impide que el amor circule en nuestra relación con nuestros dadores de vida.
Cuando alguien se queda anclado en el dolor o el resentimiento por
sus padres pierde conexión con la vida, por lo tanto se le hace más
difícil establecer relaciones armoniosas, por el contrario empieza a
proyectar en estas, su resentimiento infantil. Exigiéndole a su pareja, amigos o hijos toda la atención y el amor que sintió que le negaron sus padres.
Aunque es un proceso largo y algunas veces doloroso el sanar estos
vínculos es posible, volver a restablecer la conexión interior con
nuestros padres, reconstruyendo los vínculos del poderoso amor que nos
une con ellos.
¿Qué pasos seguir para sanar mi relación mis padres?
- Reconocer que no existen fórmulas mágicas: por muy buenas que sean las técnicas actuales de terapia si les otorgo el poder sanador, estoy dejando de asumir mi responsabilidad interna que es la que realmente me lleva a hacerme consciente.
- Comprender que hicieron lo que mejor sabían hacer: Cada uno de nuestros padres está sometido a sus propios padres, con sus dinámicas de vinculación particulares. Con las costumbres de su época. Aprendieron con nosotros por ensayo y error con las herramientas que tenían.
- Asentir a ellos tal como son: Cuando yo como hijo quiero cambiar a mis padres estoy asumiendo el papel de “padre” y me lleno de soberbia con ello, rompiendo una ley de vida y por ello efectivamente fracaso. Algunos padres efectivamente abandonan o maltratan…eso es real, pero esa aparente “imperfección” nos da un hermoso regalo, porque nos otorga la oportunidad de amarlos tal y cual como son.
- Renunciar a creerme “mejor padre o madre”: Porque la vida se encargará de demostrarnos que lo terminaremos haciendo igual o peor que ellos. La vida compensa la humildad y castiga la soberbia.
- Avanzar hacia la vida: En lugar de quedarnos anclados en los reclamos y los juicios, que lo que vivimos nos sirva de experiencia, para hacer algo bueno con ello…para vivir una buena vida. Porque si me mantengo en el sufrimiento no habrá valido la pena nada de lo que hicieron.
- Aprender a cuidar de ti: Hacerte responsable de tus sueños y metas y dedicárselo a esos dadores de vida, porque gracias a ellos puedes hacerlo…indiferentemente si los conociste o no. Porque ellos viven dentro de ti, gracias al legado que te dieron están aquí y ahora.
- Respetándolos como los grandes: Eso en ningún momento implica que te vas a quedar a su lado y que se encarguen de ti o que tienes que hacer lo que te dicen. Es simplemente comprender que lo que dicen está lleno de su visión de la vida y que es válido para ellos. Tampoco procurar que hagan lo que deseas o creerte que sabes lo que es mejor o peor para ellos.
Y sobre todo Agradeciendo lo que te dieron…porque gracias a eso estás aquí y puedes pasar tu vida a otros.
Artículo e imagen publicada en ordenesdelamor.org en julio 2016