Así se denomina este fenómeno tan comentado en Europa, que si lo traducimos al español sería "El maestro desgastado, agotado y desilusionado de su papel" o literalmente traducido significa "El síndrome del Maestro Quemado".
Los maestros se ven tan presionados por el contexto psicosocial, familiar y de habilidades tecnológicas dadas por los años "dos miles"; que se sienten insuficientes ante la tarea de enseñar, ya sea las matemáticas, la literatura, u otras materias, cargadas de necesidades afectivas no resueltas en la familia y que en un acto de amor desmedido, sin claridad, los maestros queremos resolver, equivocando un rol de terapeutas dejando de lado el ser maestro.
Desde la pedagogía sistémica, el lugar de los héroes magisteriales, desgastados, desilusionados y cansados es liberado, haciéndose posible un establecimiento del orden institucional educativo. Es decir, se reconoce, profundamente el lugar preponderante y protagonista de los padres de familia, y se respeta. Así nuestra tarea como maestros se centrará en cubrir las necesidades académicas para las que fuimos requeridos, sabiendo que sólo respetando y honrando el origen de nuestros alumnos, ellos "aprenderán" a apreciar y reconocer su pertenencia en el sistema familiar. Así la herencia se asumirá y será el punto de partida para fortalecer la mirada al origen familiar que concede la continuación de la vida y del aprendizaje en ella. Allí los maestros tenemos nuestro lugar...como:
-Maestros en el aula.
-Maestros en el pasillo.
-Maestros ante los alumnos.
Y, ante ellos nuestros alumnos..., Y por el bien de todos, sus padres tendrán un lugar en nuestro corazón de maestros.
Fragmento artículo fírmado por Angélica Olvera y Tiiu Bolzman de la revista RMP.
Fuente: Institut de Constel-lacions Familiars ésser
http://www.esserinstitut.es